viernes, 4 de febrero de 2011

Espíritu del Tambucho. Capítulo 5. Subida al Calvario y al San Julián



Viernes, 4 de febrero de 2011.Tiempo Total: 3 horas y 15 minutos. Nunca se sabe como puedes acabar una sesión de entrenamiento al salir por la puerta. A pesar de tener un objetivo claro, resulta divertido tomarlo como viene y coger algún desvío en ruta.
En esta ocasión no me encuentro con ningún amigo del Tambucho, pero siempre se pueden unir más.. El objetivo de esta mañana de viernes: El Calvario. Hago paradita en la Iglesia de la Caridad para ver a la Virgen y rezarle. Sigo ruta por Gisbert hacia el Puerto, la lonja, Santa Lucía y subida a Lo Campano, cuya carretera tiene una inclinación igual o similar a la Alameda. Voy pica', así que hacia mitad de la subida por Lo Campano se me ocurre subir por un montículo con una especie de chimenea arriba a las faldas del poblado. ¿Porqué?  Si ni siquiera forma parte de la Ruta de las Fortalezas...pues por subir y hacer el cabra un poco. La bajada la hago por un caminito y la subida un poco más técnica, casi apoyándome en el suelo con las manos. Salgo hacia la carretera principal para seguir hacia el Calvario y me sale un perrito que creí me mordería "¡Aah, quita, lo que faltaba!".
La subida se hace durilla por su inclinación. Voy observando por si a la vuelta puedo tirar por algún tramo en campo para evitar el peligro del asfalto. Encuentro un cartel indicando la subida al Calvario "Abierto de 9 a 21". Et voilà, diviso un caminito que acorta hacia el principio de la subida pasando por el muro del cementerio de Santa Lucía, pero sigo mirando. Hora a la altura del cartel: las diez de la mañana. Procuro trotar la mayor parte del camino para mantener el ritmo pero tengo que andar también. Calculaba unos doscientos metros para arrancar despacito e ir a más en el último tramo que me hube propuesto y así, caminando para recuperar un poco pero en cuanto podía trotaba unos cuantos metros hasta un punto concreto, de menos a mas, recuerdo. Siempre de menos a más....a lo lejos, y en lo alto ya se ve la Ermita; me doy ánimos a mí misma diciéndome "Venga, que ya estás ahí, ¡tírale, aupa!".
¡Objetivo conseguido! Llego al Calvario a las 10.20am, me santigüo, doy unas vueltas, rodeando por detrás hacia el monte a la derecha de la entrada donde están las antenas, y me paseo, mirando a otros montes colindantes y observando por si existen caminos que los unen, pero voy sola, tengo que estar en el centro para recoger a los niños y no es el momento de perderse sola por ahí. Vuelvo hacia la Ermita para beber un poco de agua de la fuente, que por cierto es buenísima, fresquísima...y voy a mirar hacia la carretera, pues me había parecido ver un caminito por senda verde, pero no lo veo claro. Doy un poco más de rodeo por allí, mientras van llegando más corredores a la zona con el mismo fin, digo yo, de entrenar para las Fortalezas, nos saludamos y emprendo la bajada soltando la pierna que da gusto pero una chispa agarrado por que la bajada a la vez, es inclinada y tampoco es plan de "rularse". Siguen subiendo compis corriendo y andando y por fin el caminito ese por senda verde que ataja hacia el otro lado. Hace un ratito que noto que baja alguien corriendo detrás de mi, que ataja por el mismo sitio, y al final me alcanza. Nos saludamos comentamos el entrenamiento, y nos presentamos; me comenta que me había visto bajar pero que le extrañaba no haberme visto arriba, se ve que con los rodeos..y lo más curioso que nos habíamos cruzado al salir yo del portal para llevar a los nenes al cole y el pasaba por ahí para dejar al suyo en Franciscanos y me conoce del edificio de la academia donde trabajo. Me advierte que es muy observador. El mundo es un pañuelo, pero es un chico muy agradable y nos animamos para continuar hacia el San Julián; el iba a ir al Castillo de los Patos, y también me comenta que están mangando los pavos reales que hay arriba (¡?) Hasta donde podíamos llegar...llegamos abajo a las 10.55, da tiempo y vamos al San Julián: en primer lugar, para ver el terreno y segundo intentar subir todo lo posible. Al llegar a la senda que atraviesa el tunel por fuera comenta Carlos que lo están arreglando. Hay un castillo o batería ahí abajo, tras una valla cerrada y rodeada por senda totalmente aprovechable. Seguimos para arriba, pasamos La Cortina y rodeamos una valla para coger senda hacia el Julián y nos enfrentamos a varias alternativas de caminos. El primero que vemos no es opción pues no tiene salida. El segundo hilado por pinos y empedrado da a una verja al fondo y unas casas pero no tiene continuidad y en todo caso habría que acondicionarlo un poco."Lo bueno de que sea tan empedrado es que evita que se metan vehículos por aquí en plan macarra". Así que vemos un poco, disfrutamos de la vista marítima y damos media vuelta al camino seguro, aunque sin la certeza de que sea el de la Ruta. Nos planteamos llegar hasta el cable, a trote, beber agua con azúcar que lleva Carlos en un bidón y nos cruzamos con los mismos chicos que vimos en el Calvario más temprano, siempre saludas; te suenan las caras, del Club? De alguna carrera? Pero en la montaña siempre saludas con quien te cruzas, más que en ciudad, es otro ambiente.
Soltando la pierna hacia abajo volvemos a Cartagena. Son las 11.35 y el cálculo de tiempo hasta el centro ha sido clavado. Hablamos del circuito de la Media de Cartagena, de la promoción del turismo, del fomento del deporte, la protección del medio ambiente y el aprovechamiento sostenible del monte y la solidaridad que se consigue con la RDLF La vuelta, por Gisbert para atajar y llegar a tiempo para los colegios y estirar. Nos despedimos y tanteamos la posibilidad de coincidir otro viernes y le invito al entrenamiento del lunes por si salimos hacer entrenamiento técnico por montaña y más largo; le apetece. A mí si que me apetece, y encantada de convertirme, poco a poco, en una muflona más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario