Recién estrenadas zapatillas, subo al Tambucho el viernes 30 de abril pero no coincido con nadie. Espero un poco y emprendo la marcha bajando por la Alameda cruzando hacia Quitapellejos y cojo la senda a lo largo de la rambla, dirección la Podadera y Fajardo. Amanece lluvioso, con viento pero eso - al Tambucho - no le para los pies. ¡Ya puede llover y soplar Levante que salimos!
Todavía no está gestado, pero tengo en mente inscribirme a una Media Maratón por montaña que se celebrará a finales de mayo que por lo visto es ideal para iniciarse en competición en esta modalidad. Es una media con subidas y bajadas no muy técnica.
Lo más que se sube son 500 y bajada 300m por la zona de Calasparra: Se trata de la Media Maratón por montaña Memorial Antonio de Béjar.
Bueno, no hay que parar. Arrancar cuesta pero hay que calzarse las zapatillas y salir sin pensarlo mucho. El cafetito, buenas tostadas de aceite y sal o de miel que dan mucha energía y a la calle, ¡tírale, es lo mejor...aunque llueva! De aquí, desde la subida al monte hasta Fajardo hay que aguantar el ritmo, teniendo en cuenta todos los factores, sin olvidarse de la respiración; recortando, a un ritmo constante y cómodo - pero no demasiado -, apretando un poquito también para no dormirse. Ah, y disfrutando de las vistas. Me pregunto si luego hacer Galeras, a la vuelta de Fajardo (si no subes, te arrepentiras). El ascenso desde la Podadera hacia Fajardo es más difícil y camino una chispa nada más, y de nuevo a trote hasta arriba; es semitécnico. Nada, un poquito...venga, a estirar, a explorar por el castillo y emprendo la marcha para abajo, luego para arriba, aguantando al mismo ritmo.
Al final subo a Galeras, pero con la condición de subirla entera a trote. Chispea, sopla el viento y ya voy llegando. Iba imaginando mi vuelta por la Fortaleza pero, ¿qué me encuentro? que han chapado, no se puede entrar, así que a disfrutar de las vistas.Y ya que he aguantado a Galeras, ¿porqué no para poner la guinda no me hago los Patos?
He tardado unos 17 minutos en subir, pero un poco menos en bajar. Bebo agua en Navantia, estiro otra vez y me dirijo al centro atravesando la calle Real, son las 11.10 y subo escaleras y más escaleras hacia la zona del Teatro Romano, estiro en el mirador, sigo subiendo, bebo en fuente al principio de la subida al Castillo de la Concepción. Vamos, que hambre me está entrando ya. Subo del tirón mejorando el ritmo. Hace un par de días que vine y noto la mejora. En aquella ocasión bajé en dirección contraria, via Alfonso XIII-Muralla; aquel día apretaba más el sol. El esprint hasta casa lo hago por el parque infantil que hay por la parte de abajo y bajando rampa a la altura del Teatro Romano pero tomo la callecita cuesta abajo que desemboca en Calle Duque, el legendario bar en la esquina y escaleras arriba a prepararse que hay que irse al tajo. ¡Ah no, que es viernes, me voy a por los nenes! jajajaja...que loquilla.
Fin de entrena
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