Capítulo 26: Espíritu del Tambucho "III Subida al Roldán"

No, no es ninguna carrera popular nueva, es que el viernes pasado, dia 6 de mayo fue la tercera vez que subia al Roldán. Fui sola, a trote constante todo el trayecto desde el Tambucho hasta buena parte de la subida al Mirador. Pues hubo puntos que no me quedó más remedio que caminar. En esta ocasión me preparé un poco mejor, me lleve la botella de agua en  una neverita de esas de tela de los chinos que se acabó descosiendo a poco menos de empezar,....pero aguantó...jeje
Es un comienzo, hay que hacerse con el bidón YA con un soporte más resistente, claro. Una vez arriba en el Mirador del Roldán que alcanzo hacia las 10.15am, disfruto de las magníficas vistas, bebo un poquito y sin pensarlo mucho más comienzo el ascenso al Roldán. A trote no, pero a paso ligero desde luego. Tengo que ir mirando muy bien, porque me puedo liar e irme por un camino que no es que, aunque esté señalizado hay un caminito que engaña y acabas rodeando sin llegar a ninguna parte, eso si, te llevas unos pinchazos con las matas de miedo, o de risa. En fin, rectifico e intento recordar los espacios concretos, sobre todo el de la foto y las marcas de colores para subir bien. Pega un vientecito fuerte, me voy agarrando para no salir volando porque me he quedado sin chicha y siento que me lleva el viento.
Ahora me suena más...ya estoy, ya estoy. Ni me planteo subir al monolito que representa el índice geodésico del Roldán...¡me rulo para abajo fijo, pero por la vía rápida! Qué paz. Qué momento de quietud para meditar, dejar la mente en blanco y respirar aire puro, que ocasión para explorar por ahi, pero sin dormirse que hay que bajar. Bueno, bueno, en la bajada sigo por la senda todo recto hasta que...uy...esto no me suena...doy la vuelta porque la bajada por zigzag se encuentra justo al pie de la fortaleza a mano izquierda y por donde voy subiendo a la derecha. Ya son las 11. 10am y no se puede perder ni un segundo porque como es habitual, tengo que estar en la puerta del cole a las 12.15pm y con los líos que me traigo hoy no quiero bajar nerviosa y caerme, pero nada más lejos de la realidad. Todavía voy bien de tiempo, pero cometo un error de principiante: piso las piedrecitas, que me tienen dicho los compañeros del Tambucho que lleve cuidado porque es lo que más resbala. ¡Resbalón y al suelo!
 "Va, levanta y tira para abajo". Consigo llegar a Tentegorra entre pitos y flautas. A la altura del hospital a menos diez. Paro  a beber agua en la fuente, repongo en la botella y esprint para abajo por Quitapellejos, recortando por el Estadio Cartagonova, el puente, cruzando, apretando hasta la esquina del cole en Jiménez de la Espada. Hora: 12.15pm. Uy, justo a tiempo.