Capitulo 32. Espíritu del Tambucho. "¡Al San Julian!"

Viernes 1 de julio. 7.30 de la mañana. Me preparo con todo lo necesario para un entrenamiento de cuestas;  el objetivo es el Julián y así será el resto del mes, salvo alguna trotada nocturna de autosuficiencia con frontales que han propuesto los amigos del Tambucho a Calblanque pasando por calitas, que viene muy bien para montaña, y terminando con una fiesta entre amigos con jamon, bebidas piscinita, y tal....para quien se apunte...ah, cinco euritos de inscripción para que el cotarro quede bien abastecido, ¡va...animaos!

Dispongo de hora y media para subir y volver. Pongo el crono en marcha para mi particular contrarreloj y en vez de subir a Bastarreche como tenía pensado, recorto por Gisbert y todo recto pasado Santa Lucía hasta la subida por senda al Julián por otro atajo hasta la senda principal señalada con dos postes.

La idea es aguantar a trote todo lo posible hasta el castillo, pero claro hay tramos en los que tengo que andar. Así que cojo aire en los que me propongo subir trotando y cuido la hidratación, las pulsaciones y el ritmo en todo momento. Me encuentro a gente de bajada con y sin perro, a las 7.45 llego a la cima exploro un poquito por alli, y disfruto de la brisa, las vistas y del castillo donde aprovecho para hacer estiramientos.

 ¡Desde luego que más tarde no se puede salir! En la bajada me curo en salud de tirones y aguanto el ritmo. Llego hasta abajo en unos 18 minutos y de rotonda a rotonda aumento el ritmo y así progresivamente hasta esprintar hasta casa desde Gisbert para no despistarse sobre la tensión para la siguiente carrera.